Hay gente que primero se pasa con la comida y después se sienten
culpables e intentan quemar el exceso de azúcar al gimnasio o corriendo.
Hazlo exactamente al revés.
Comer nos hace sentir bien, así que es fácil dejarse llevar y
meterse entre pecho y espalda una tarta, una caja de seis donuts, medio
litro de heado o dos tabletas de chocolate. Después de este festín, una
parte de nuestro cerebro nos dice que toda esa azúcar está viajando
lenta pero inexorablemente a nuestra barriga o cartucheras, y viene la
culpa, la ansiedad y una brusca necesidad de montar en la bicicleta
estática o salir a correr como Rocky Balboa. Malas noticias: el daño ya
está hecho.
La ventana anabólica
Propongo exáctamente lo contrario. Primero haz ejercicio. Después,
come azúcar. Cuando acabamos de hacer ejercicio, sobre todo si se trata
de ejercicios de fuerza o explosivos, como jugar al baloncesto o
levantar pesas, estamos en un estado especial. Durante una hora nuestro
cuerpo se encuentra en la ventana anabólica, un estado mágico en el que
la comida llega a nuestros nuestros músculos mucho más fácilmente, en
lugar de a los depósitos de grasa.
La ventana anabólica es la parte del día en la que debemos tomar azúcares, es decir, alimentos con alto índice glucémico.
En esta fase el cuerpo está ocupado en dos cosas. Primero, reponer
los depósitos de glucógeno de los músculos y el hígado. El glucógeno es
glucosa empaquetada, una forma de almacenamiento de energía de fácil
utilización, y durante el esfuerzo se agota.
La segunda actividad es reconstruir los músculos dañados durante el
esfuerzo, y para eso hacen falta proteínas. Como hemos dicho muchas
veces, el tomar azúcar hace que aumente el nivel de insulina, pero en la
ventana anabólica, en lugar de enviar la glucosa a las células de
grasa, la insulina la envía a los músculos junto con los aminoácidos
necesarios para reconstruirlos. Es estas fase, la insulina es un aliado.
¿Que clase de postre te has ganado? Intenta consumir proteínas y
azúcares, pero poca grasa. La grasa se digiere más lentamente, y lo que
quieres es que lleguen los nutrientes a los músculos lo antes posible.
Por desgracia esto deja al chocolate fuera. ¿Qué tal un batido de leche,
plátano y queso fresco? ¿O incluso unas tortitas (sin nata) con salsa
de cacao desgrasado? ¿Y un muesli con leche, yougurt desnatado y fruta
fresca? Ahora es el momento.
Atención: la ventana anabólica no es un cheque en blanco. Así que todo con moderación.
Tres propósitos: Sayonara confort
Hay diferencia entre vivir tranquilo y estar muerto en vida. Tírate a la piscina.
La zona de confort es donde todos queremos estar. Es el sitio donde
no hay ansiedad, donde no se nos exige nada y no tenemos miedo de nada.
El puesto de trabajo vitalicio, el matrimonio indisoluble, los 20
minutos en la bici estática sin sudar. Se está muy bien allí, hasta el
día que dejas de estar bien, claro.
Por supuesto, la zona de confort solo existe en nuestra cabeza. La
vida está llena de inseguridades, amenazas y riesgos. Nuestro cerebro
nos intenta proteger tendiendo a la homeostasis, es decir, quedarnos
como estamos. Lo que ocurre es que el mundo cambia, y nuestra zona de
confort cada día se va haciendo más estrecha. Si nos quedamos en ella,
nuestra propia vida se convierte en un túnel.
Da igual que sea tu trabajo, tu cuerpo, la relación con tu pareja o
cualquier otro aspecto de tu vida. Si solo te dejas arrastrar por la
inercia y sigues haciendo lo mismo que has hecho siempre, tarde o
temprano lo que tienes ahora se acabará deteriorando. Ya no te
encontrarás a gusto ni te producirá ninguna satisfacción, y cada día
será peor que el anterior. Estos son los síntomas:
.-Podrías hacer tu trabajo con los ojos cerrados
.-Hace mucho tiempo que no aprendes nada nuevo
.-No te apetece aprender nada nuevo
.-Tus jefes ya no te piden que hagas nada nuevo
.-Cuando te preguntan si tu trabajo te apasiona respondes “Bueeeno…”
Donde pone trabajo, puedes poner ejercicio, sexo, comida o
aficiones. Salir de ese pozo que es la zona de confort es difícil, y
muchas personas solo lo hacen después de una experiencia traumática,
como un accidente o la pérdida de un ser querido. No esperes a eso. Da
un paso, aunque sea uno solo, fuera del camino:
En este proceso, las personas más cercanas pueden convertirse en tus
peores enemigos. Se resisten a que cambies porque tú también formas
parte de su zona de confort. Para hacer esta tortilla tendrás que romper
algún huevo, pero si de verdad les importas, al final te apoyarán.
¡Salta!
Volcado mental contra el estrés
Hacer limpieza de tu cerebro solo te llevará 20 minutos. No le des más vueltas.
Tu cabeza está centrifugando como si fuera el demonio de Tasmania.
Estás pensando al mismo tiempo en las tres llamadas que tienes atrasadas
en el trabajo, el favor que te pidió tu cuñada, el recibo del seguro
del coche, la lista de la compra, el retraso de la devolución de
hacienda, la crisis financiera y el calentamiento global. Tienes estrés,
insomnio y te cuesta concentrarte para hacer cualquier cosa.
Nuestra cabeza a veces parece la redacción de un periódico, llena de papeles y con todos los teléfonos sonando.
¿Recuerdas el método de la caja para despejar tu mesa de trabajo? Puedes hacer algo parecido con tu cerebro.
El experto en productividad David Allen lo llama brain dump, un
volcado de la mente. Allen es el autor de Getting Things Done, un libro
que todo el mundo necesita leer, y cuyo título tiene en español la
espantosa traducción Organízate con eficacia.
Así se hace un volcado mental: Toma una hoja de papel y escribe cada
una de las cosas que están dando vueltas en tu cabeza, una por línea.
Da igual si la lista no está completa, lo importante es tener una lista
por escrito.
Ahora pon cada línea de la lista en otro sitio siguiendo esta clasificación:
El cerebro es parecido a tu ordenador. Si tienes demasiados
programas abiertos, cada vez consume más recursos, funciona más lento, y
tiene más errores. Con este repaso archivamos muchos de esos
pensamientos activos, y liberamos nuestras neuronas para enfrentarnos a
las tareas más inmediatas.
Para hacer hueco en tu cerebro tienes que poner tus pensamientos en otro sitio. Necesitas una agenda, y necesitas usarla.
El volcado completo no debería llevarte más de 20 minutos. Después
de hacerlo notarás cierto alivio, pero las cosas más peliagudas, sobre
todo las del punto 4, pueden seguir dando problemas. Hay un pequeño
truco que yo llamo mirar al monstruo a los ojos:
Planifica la juerga
Haz ejercicio
Ya sabes que el cardio no es suficiente, para perder peso hay que
hacer pesas (ellas también). Pero no siempre puedes ir al gimnasio, y en
casa las mancuernas destrozan el parqué. De viaje no se te ocurre
llevar 20 kilos de hierro en la maleta, menos aún en aerolíneas de bajo
coste. Necesitas un gimnasio que quepa en el bolsillo (piscina no
incluida).
Cuando hacía karate, antes de mi lesión, mi maestro nos entrenaba
usando cámaras de neumático de bicicleta atadas entre sí. Anudaba un
extremo a las espalderas del gimnasio y el otro a nuestros tobillos, y
así practicábamos las patadas. Todavía recuerdo los efectos que esas
sesiones tenían en nuestra fuerza y velocidad (y lo que dolía aquello).
Los tubos de goma son desde hace años un excelente sustituto de las
pesas cuando no hay “hierros” a mano. No estoy hablando de esos (a veces
cómicos) extensores con muelles que tenían nuestros padres, sino de una
versión más moderna.
La marca Reebok tiene varios modelos de diferentes niveles de
resistencia, y en las tiendas Decathlon es posible encontrarlos aún más
baratos.
Combinando ejercicios con el propio peso como fondos en el suelo y
ejercicios con los tubos se puede conseguir una sesión de entrenamiento
de resistencia sin salir de la habitación del hotel. Por ejemplo, aquí
tienes un ejercicio básico para biceps:
Reebok también tiene vídeos para triceps, entre otros, y aquí tienes un buen ejemplo para entrenar los hombros.
El entrenador Max Wettstein nos propone una rutina muy completa
Y Joel Harper, una un poco menos exigente.
Por último, esta es una tabla interesante para todo el cuerpo. En
los ejercicios de remo o abdominales, puedes sujetar los tubos al
picaporte de una puerta o algún sitio firme. Ten cuidado, si se suelta
podrías hacerte daño.
Estoy oyendo las protestas. “Puah, yo entreno con mucho más peso,
eso no puede ser efectivo”. Es cierto que nunca llegarás a sustituir un
ejercicio de pesas con máxima resistencia, pero en vacaciones o en caso
de apuro sí puedes agotar el músculo, que es lo que importa. Si te
parece poca la resistencia, compra dos tubos en lugar de uno. Luego me
cuentas.
Ponte fuerte con el entrenamiento inestable
Hacer ejercicio encima de pelotas y plataformas hinchables es la última moda para ganar fuerza
Los gimnasios más modernos empiezan a parecerse a una carpa de
circo: gente que hace pesas de hombros mientras intenta mantener el
equilibrio sobre bolas de pilates, abdominales sobre plataformas busu
(una semiesfera hinchable), flexiones con los pies colgando de un TRX.
¿Qué ha pasado, ya no sirve con torturarse con las máquinas y ahora
además hay que arriesgarse a un buen morrón contra el suelo?
Bienvenidos al entrenamiento inestable. La teoría dice que si
hacemos un esfuerzo en el que además tenemos que mantener el equilibrio,
además de los músculos principales hay otros músculos que participan
para estabilizarnos, especialmente los de la cintura: abdominales y
lumbares, el famoso “centro” del cuerpo (core en inglés). Más músculos
que trabajan quiere decir más energía consumida y más fuerza.
Los detractores del entrenamiento inestable dicen que en realidad
los músculos principales hacen menos esfuerzo, ya que hay otros
trabajando para ayudarlos, con lo que es mejor hacer un ejercicio que
aisle un músculo lo más posible.
¿Qué hacer? Muy sencillo. Si tu objetivo es tener unas piernas y
brazos enormes, las máquinas con una estabilidad completa, como la
prensa, pueden servirte. Si lo que quieres es perder grasa y tener
músculos más funcionales para hacer otros deportes, o bien recuperarte
de una lesión, entonces añadir algunos ejercicios inestables a tu tabla
puede ayudarte. Aquí tienes unos ejemplos propuestos por la NSCA:
Sentadillas sobre plataformas busu
Zancada a una pierna sobre bola de pilates
Flexiones sobre bola de pilates
Dominadas tumbado apoyado en bola
Cuerpazo en tres meses
Las dietas milagro no funcionan, tendrás un aspecto fofo y recuperarás la grasa con las primeras visitas al bar.
Este es un plan genérico que vale tanto para hombres como para
mujeres, si vas a un gimnasio o si lo que te gusta es correr o montar en
bicicleta.
Los cambios no son gratis. Hay que esforzarse, pero los resultados
merecen la pena. Necesitarás entre tres y cuatro sesiones semanales de
entrenamiento, nunca más de una hora por sesión. Este es el plan:
Cosas importantes que tienes que saber:
Los milagros no existen. En tres meses no es posible arreglar los
estragos de años de vida sedentaria y bollos, pero sí es posible mejorar
y hacer que te sientas mejor con tu cuerpo. Un cuerpo un 20% más sano y
atractivo es mucho mejor que un 0%.
Necesitas hacer deporte. El deporte sin dieta puede funcionar, pero
la dieta sin deporte no funciona nunca. Si no haces deporte
prácticamente aseguras la recaída y el temido efecto yo-yo, y pones en
peligro tu salud.
Hazte fotos en ropa interior. Pon una foto del día uno en la nevera.
Te verás obligado a verla cada vez que la visites con un antojo. A
partir de ahí haz una foto cada semana y compárala con la de la semana
anterior. Las mejoras serán visibles y te animará mucho en los momentos
de debilidad.
Las zonas de tu corazón
No, no me estoy poniendo romántico. Hablamos ahora de perder grasa,
que es diferente a perder peso. Para conseguirlo, uno de los
ingredientes es el ejercicio aeróbico. Pero ¿cuánto hay que sudar?
Empecemos por tomarnos el pulso.
Da igual que nuestro ejercicio favorito sea correr, montar en
bicicleta o la máquina elíptica. Según el ritmo cardíaco que mantengamos
durante el ejercicio aeróbico quemaremos más o menos grasa. Para
maximizar el uso de las reservas de grasa y conservar la masa muscular,
lo más indicado es el ejercicio suave y prolongado.
La intensidad del entrenamiento se mide como un porcentaje de nuestras pulsaciones máximas, entre cero y 100%.
Quema grasa con estrategia
No queda mucho tiempo para ponerse el traje de baño. Si te toca sudar para perder kilos, hazlo con cabeza.
Hace unos meses encontré un plan para hacer la sesión de cardio
perfecta y multiplicar la quema de grasa. Es el plan que estoy siguiendo
para mi propia “operación traje de baño”.
Tradicionalmente, si quieres quemar grasa, la receta es
entrenamiento aeróbico constante a baja intensidad, alrededor del 60% de
tus pulsaciones máximas. En esta zona se quema grasa durante el
ejercicio. Trote cochinero durante horas y horas a la semana. Si es
posible, en ayunas.
Esto funciona, pero corres el riesgo de perder masa muscular.
Además, no se empieza a quemar grasa hasta pasados 15 minutos de
ejercicio. Tiempo perdido.
Otra aproximación es el entrenamiento de intervalos de alta
intensidad o HIIT. Correr a toda velocidad 30 segundos, un minuto
andando. Repetir. Los entrenamientos HITT son más cortos (unos 25
minutos) y el ritmo cardíaco es más alto, con picos cercanos al 90% del
máximo. En esta zona no se quema grasa durante el ejercicio, pero este
ejercicio aumenta nuestro metabolismo, con lo que se quema grasa
después.
La comida trampa
Te comes una patata frita y ya no puedes parar. Hay comida que hackea tu apetito. Cuidado.
Estás hasta arriba de lasaña, pero aún te queda hueco para el
postre. Abres un bote de cacahuetes con miel, todo se pone borroso y
cuando te das cuenta te lo has terminado. Te bebes una lata de cocacola y
aún tienes más sed.
Aquí hay algo que no funciona.
La comida que es dulce y salada a la vez anula el control de tu
apetito. A causa de un fenómeno llamado saciedad sensorial específica,
nuestro cerebro tiene circuitos diferentes para controlar el apetito de
las cosas saladas, dulces, amargas o ácidas. Esto quiere decir que
cuando nos sentimos llenos después de haber comido alimentos salados, el
cerebro todavía no se ha saciado de dulce. Por eso nos cansamos de
comer una sola cosa, y sin embargo nos pasamos de la raya en un bufet
libre. Por eso nos entra el postre después de una comilona.
El apetito lo regulan dos hormonas: la leptina, que nos indica que
estamos llenos, y la ghrelina, que nos avisa de que tenemos hambre. La
leptina tarda en actuar, y la sensación de estar llenos nos llega unos
20 minutos tarde. Por eso es tan importante comer despacio. Pero además,
la comidas saladas y dulces inhiben la leptina y retrardan aún más la
sensación de saciedad.
Cuanto más sabrosa es la comida, más tarde llegan las señales de que
hemos tenido bastante. Si añadimos grasa, que potencia los sabores, las
combinación de azúcar y sal es una trampa mortífera. Sigues comiendo
sin darte cuenta de que estás lleno. Mira estos ejemplos y aléjate de
ellos como de la peste:
El gourmet saludable: comida para 5 días en 10 minutos
Seis mentiras sobre el deporte y el adelgazamiento
Si estás haciendo deporte, no te creas estas leyendas urbanas.
Con los restos de los atracones navideños todavía colgando y el
abono del gimnasio recién estrenado, las masas se aprestan a hacer
ejercicio. No te creas todo lo que oyes. Estos son algunos de los mitos
más extendidos:
1. Menos de media hora es como no hacer nada de deporte
¡Falso! Es tanto como decir que menos de media hora de sexo es igual
que nada. Estudios recientes indican que varios esfuerzos de 10 minutos
repartidos durante el día pueden ser tan beneficiosos como una sola
sesión. Mucho mejor si puedes dedicar una hora al deporte, pero no te
olvides de subir escaleras, caminar, cargar peso o correr detrás del
autobús. Todo suma.
2. Si hago deporte puedo comer todo lo que quiera
Va a ser que no. Puede que te funcione con 18 años o si eres
ectomorfo. Es cierto que haciendo ejercicio puedes (necesitas) comer más
que si no lo haces. Pero no es un cheque en blanco. Con 20 minutos de
bicicleta habrás quemado unas 200 Calorías. Si de premio te comes dos
donuts, por valor de 500 Calorías, tienes un exceso de 300, por no
hablar del problema del azúcar y las grasas trans.
3. Cuando hago deporte tengo que tomar bebidas para deportistas
Cuando haces deporte tienes que mantenerte hidratado. ¡Bebe agua!
Ese mejunje azul fluorescente no es más que agua con un montón de
azúcar, unas pocas sales y colorantes. A no ser que hagas algo parecido a
correr una maratón, no necesitas nada de eso. Lo único que conseguirás
serán calorías vacías que anularán los efectos del deporte (ver lo
anterior).
4. Si no me siento con fuerzas, es mejor no hacer deporte
En realidad funciona al revés. Cuando haces deporte, en pocos días
sientes que tienes más energía. Como te acuestas más cansado, duermes
mejor y te levantas con más fuerzas al día siguiente (las agujetas se
pasan). No obstante, también es importante hacer deporte en el momento
del día en que te encuentres mejor. Hay quien funciona mejor por la
mañana y quien prefiere la tarde.
5. Para perder grasa tengo que hacer cardio y nada más
El ejercicio cardiovascular quema grasa, no hay discusión. Pero no
es suficiente. Sin embargo, los ejercicios de fuerza ayudan a aumentar
la masa muscular, y más masa muscular significa menos grasa corporal.
Además, los ejercicios de fuerza o intervalos queman grasa después de
terminar, y durante horas.
6. No pain, no gain
Sin dolor no hay resultados, dicen. Aunque depende de tu definición
de dolor. Si te refieres a la “quemazón” muscular del esfuerzo o tener
agujetas al día siguiente, entonces necesitas dolor. Pero si algo te
duele de verdad, es que estás cerca de sufrir una lesión. Escucha a tu
cuerpo.
Comida completa en un batido
La gran pregunta: que hacer cuando no tienes ni siquiera cinco
minutos para comer, desayunar o almorzar. No vale saltarse la comida.
¿Te apetece un batido?
Ya sabes lo importante que es no pasar hambre, y no saltarse nunca
el desayuno. Si dejas demasiado tiempo entre una comida y la siguiente,
tu cuerpo entra en “modo ahorro”. Tendrás un antojo insoportable de
comer dulces, y cuando por fin comas algo, se convertirá inmediatamente
en grasa en tu cintura o tus caderas.
Necesitas algo sencillo, rápido y nutritivo. Esta receta es la
solución: una comida completa en un vaso. Como tiene proteínas e
hidratos, es perfecta para después de hacer deporte, o si realmente
tienes prisa, para llevártela a cualquier parte.
.- 1 vaso de leche semidesnatada, o bien leche de soja o de almendras
.-1 cucharada sopera de pasas
.-10 almendras crudas
.-½ manzana (con piel y semillas)
.-1 cacillo (30 g) de proteína en polvo, por ejemplo, de vainilla
.-1 cucharadita de canela (opcional)
NUTRIENTES
Calorías: 320
Grasa: 7 g
Hidratos de carbono: 39 g
Proteína: 23 g
Ya sabes que la canela ayuda a quemar grasa, pero también puedes
usar café soluble o cacao en polvo. Pon todo en la batidora y bébelo
despacio. Si quieres añade un par de cubitos de hielo para aprovechar
los efectos adelgazantes del frío.
El pobre gimnasio del hotel
¿Dos mancuernas de plástico y una bicicleta estática? Saca partido al gimnasio de tu hotel, por muy limitado que sea.
Si vas al gimnasio con frecuencia, los gimnasios de hotel suelen ser
un chiste. Una cinta para correr, una bicicleta estática, esa especie
de mecedora para hacer abdominales (que no sirve para nada, por mucho
que insista la teletienda de madrugada) y con suerte una multimáquina y
unas mancuernas.
Para colmo, en los hoteles estamos de viaje de trabajo o de
vacaciones, dos circunstancias en las que no apetece nada entrenar. Así
que necesitamos hacer un ejercicio corto, pero intenso, y disponemos de
un equipamiento limitado.
Si haces cardio, no lo dudes, prueba con el cardio estratégico. Quemarás más grasa en menos tiempo.
Hacer un entrenamiento de fuerza es algo más complicado. El hierro
es caro, y lo normal es que la mancuerna más pesada sea la de 15 Kg. Lo
que vamos a hacer es modificar los ejercicios para aumentar la carga, y
poder trabajar con los pesos que tengamos.
Los ejercicios son combinados, trabajando varios músculos y el
cinturón abdominal. También ayuda hacer levantamientos explosivos y
bajadas muy lentas, aumentando así tanto la intensidad como el tiempo
total de contracción. Prueba con esta rutina:
Sentadilla con mancuerna
Mantén la mirada al frente y la espalda recta.
El escalador
Un ejercicio del colegio de toda la vida. Hazlo a buen ritmo y verás cómo queman los abdominales.
Balanceos con un brazo
Este es uno de los ejercicios de la rutina de Thor, pero como tenemos poco peso, lo hacemos con un solo brazo.
Fondos renegados
Es una combinación de fondos con remo. Pecho, espalda y abdominales en un solo ejercicio.
Dos tiempos
Otro ejercicio combinado para piernas, espalda, hombro y triceps.
Remo con mancuernas sobre una pierna
Al mismo tiempo que hacemos biceps y espalda, trabajamos nuestra estabilidad.
¿Cuántas repeticiones? Pues depende de tu estado de forma. Calcula
que tienes que entrenar entre 30 y 40 minutos, y quedar para el
arrastre. Después puedes ir tranquilamente a esa reunión, o seguir con
tus vacaciones.
Aparatos de teletienda que no adelgazan
La plataforma vibradora, la electroestimulación y las máquinas de abdominales no sirven. Haz ejercicio de verdad.
Chicos bronceados marcando abdominales y espectaculares chicas en
bikini sonríen (sin muchas ganas) mientras se aplican un
electroestimulador, se suben a la plataforma vibratoria o utilizan un
balancín de abdominales. El mensaje: con diez minutos al día usando esa
máquina, podrás ser como ellos. El mensaje es mentira.
Si no te mueves del sillón, cualquier actividad que te haga levantar
el trasero va a ser beneficiosa. Pero estas máquinas son demasiado
caras, nunca funcionan por sí mismas, y sus resultados son mínimos
comparados con el deporte de verdad. Vamos a repasar las más famosas:
Ejercicios para tener mejor sexo
Así puedes duplicar tu satisfacción sexual, gratis y sin pastillas.
El sexo es mejor cuando estás en forma. En el rendimiento y la
satisfacción sexual influyen muchos factores: niveles hormonales (hola,
testosterona), concentración mental y como no, las emociones. Pero
incluso cuando todas estas variables están en orden, tu sesión amatoria
puede torcerse si a los cinco minutos estas jadeando, sin aliento, y con
una luxación de codo. Así mejorará tu sexo con un poco de ejercicio:
.- Más ganas: el sexo es una
función secundaria para nuestra supervivencia, eso quiere decir que
necesitamos tener energía de sobra para tener deseo sexual. Puede
parecer que el deporte cansa, pero en realidad te fortalece, y hace que
el esfuerzo físico necesario para el sexo sea algo sencillo, y te puedas
concentrar en disfrutar.
.- Mejores erecciones: sí señores.
En un estudio reciente, los hombres de más de 50 años que hacían
ejercicio tenían un 30% menos riesgo de padecer disfunción eréctil que
los sedentarios. A cualquier edad, la erección necesita una buena
circulación sanguínea, y el ejercicio mejora tanto la vascularización,
es decir, el número de vasos, como su capacidad. En todo el cuerpo.
.
- Más atractivos: estar en forma
te hace más atractivo para el sexo opuesto. Esto es una verdad
incontestable para hombres y mujeres de cualquier edad y condición.
Estamos hechos así, la supervivencia de la especie obliga a nuestro
cerebro a buscar a los mejores ejemplares para aparearse.
Los ejercicios del amor
En una sesión de sexo hay ciertos movimientos evidentes, pero no todo depende de ellos. Sigue esta tabla de ejercicios:
Kegel
Es el músculo más importante para el sexo, pero no encontrarás una
máquina para ejercitarlo en tu gimnasio (se inventará en el año 3000).
El suelo pélvico o músculo pubocoxígeo rodea el esfinter anal y es
imprescindible para mantener la erección, controlar la eyaculación
precoz, favorecer e intensificar el orgasmo en las mujeres y por su
fuera poco, evitar la incontinencia urinaria en la edad avanzada. Es tan
sencillo como apretar durante unos segundos y soltar, al menos diez
veces. Puedes hacerlo en cualquier parte. Para las chicas, también hay
pesas.
Flexiones
Sobre todo para ellos, por motivos evidentes, pero también para
ellas. Con más fuerza en la parte superior del tronco se pueden mantener
las posturas más tiempo sin cansarse. Si no tienes fuerza suficiente
empieza apoyandote en las rodillas, o bien contra la pared. Puedes
llegar a hacer cien flexiones con el método adecuado.
Abdominales
Los ejercicios abdominales no quitan la barriga, pero unos
abdominales fuertes son imprescindibles para el buen sexo. No son solo
los músculos que nos ayudan a levantarnos por la mañana, también sirven
para estabilizar todo el cuerpo, y cuando no tienen grasa se convierten
en todo un icono sexual.
Cadena posterior
A veces nos olvidamos de los músculos que recorren nuestra espalda
desde el cuello hasta los tobillos, y los necesitamos para cualquier
movimiento, especialmente los pélvicos. Si no tienes problemas de
espalda y quieres ponerte fuerte rápido, aprende a hacer el peso muerto.
Una alternativa divertida y eficaz es el balanceo con kettlebell o
mancuerna.
Intervalos
El ejercicio aeróbico de intervalos puede hacer milagros con tu
fondo, resistencia, capacidad pulmonar y, de paso quemar grasa
estratégicamente. Sube una cuesta corriendo a toda velocidad y bájala
andando, haz lo mismo con escaleras, series de sprints, o con los
programas de intervalos de las máquinas de cardio de tu gimnasio.
Duerme
El sueño perdido es el mayor enemigo de la satisfacción sexual, y
aunque no sea un ejercicio, dormir entre 7 y 8 horas puede mejorar
radicalmente tu vida amorosa, y tu vida en general. Además, dormir bien
adelgaza, es bueno para la piel y te pone de buen humor (un componente
indispensable para el sexo).
No te olvides de ejercitar el músculo más importante para el sexo: el que está entre tus orejas.
La mejor hora para el deporte
¿Cuál es la mejor hora para hacer deporte? Si ahora no haces nada,
¡cualquier hora es buena! Pero si quieres aprovechar el tiempo y sacar
el mayor rendimiento, la respuesta es, bueno, depende.
Todos conocemos a algún madrugador profesional que se levanta al
amanecer para correr o ir al gimnasio en cuanto abran las puertas. A mí
me gustaría ser uno de ellos, pero por las mañanas soy lo más parecido a
un habitante de Zombieland. Necesito unas horas para que el cuerpo se
ponga en funcionamiento. Por no hablar del cerebro.
Mañana, mediodía o tarde. ¿Qué es mejor? Pues depende del tipo de
deporte y de qué intentes conseguir: perder centímetros de cintura o
ganarlos en los biceps.
Quema grasa por la mañana
Si lo que buscas es perder grasa, lo mejor es hacer ejercicio
aeróbico a primera hora y en ayunas. Hacer 20 minutos o más de ejercicio
aeróbico va a quemar grasa a cualquier hora, pero hacerlo por la mañana
antes del desayuno tiene otras ventajas:
.- Los niveles de glucógeno en los
músculos son bajos, hace 12 horas que no comes. El cuerpo no tiene más
remedio que quemar más grasa, hasta tres veces más según algunos
estudios.
.- Al terminar de entrenar, y después de un merecido desayuno (con proteína), nos sentiremos más frescos y con más energía
.- Si entrenamos a primera hora, da igual lo que ocurra a lo largo
del día, habremos cumplido y quedará menos lugar para las excusas
.-Toma un café con cafeína antes del entrenamiento para ayudar quemar grasa.
Ganar músculo a mediodía
Las mejores horas para los ejercicios de fuerza, como las pesas, o
los ejercicios explosivos, como el ténis o el baloncesto están en el
centro del día. Es conveniente comer entre una y dos horas antes del
ejercicio, con lo que los músculos tendrán suficiente glucógeno para
contraerse al máximo (que es lo que buscamos). Además hay otros motivos:
.- La temperatura corporal sube a partir del mediodía, mejorando la flexibilidad y la potencia de los músculos
.- El cuerpo ya lleva unas horas moviéndose, no es necesario tanto calentamiento y estiramientos, y hay menos riesgo de lesiones
.- No conviene hacer los entrenamientos de fuerza muy tarde, porque
el cuerpo estará más fatigado y preparándose para el descanso. Además
pueden interferir con el sueño.
Estos consejos pueden mejorar el rendimiento, pero si tienes
limitaciones por el trabajo o la familia, entrenar a cualquier hora es
mucho mejor que no hacerlo. Intenta conseguir al menos media hora al
día.
La mejor música para entrenar
A Rocky Balboa le funcionó con Eye of The Tiger. ¿Qué canción te hace darlo todo?
Desde hace más de 30 años, la banda del instituto Bishop Loughlin
Memorial de Brooklyn toca el tema Gonna Fly Now de Rocky para animar a
los (asfixiados) participantes en la maraton de Nueva York. En efecto,
hay estudios que demuestran que entrenar con música mejora los
resultados. Para empezar, sirve como motivación, se entrena más tiempo y
con más fuerza. Además es una distracción del cansancio y el dolor.
Pero no todas las canciones funcionan igual.
Lo que es música para ti puede ser ruido insoportable para mí, y
viceversa. Puede parecer que la mejor música para entrenar depende de
los gustos personales de cada uno. Pero no solo.
Lo que se busca es el tempo adecuado, que se mide en pulsos por
minuto (bpm, beats per minute). La música que mejor funciona está entre
120 y 150, es decir, entre vivace y presto. La mayor parte de la música
pop y buena parte del rock encaja. Por si fuera poco, coincide más o
menos con los latidos del corazón cuando se hace un esfuerzo.
Es precisamente este es el rango más adecuado para ejercicios
aeróbicos como correr, o montar en bicicleta. Si solo necesitas un poco
de ritmo, dispones de podcasts como Podrunner, que proporcionan mezclas
de música libre de derechos ordenada por su tempo, para correr durante
horas.
Pero si eres de los que mezcla su propia música, anímate y prepara
una lista con tus grupos favoritos. Es imposible correr despacio
escuchando a Greenday. Si buscas sentirte heróico, estilo 300, mejor
algo con ritmo y mucha instrumentación, como 300 Violin Orchestra. Los
levantadores de pesas aseguran que hip-hop como LL Cool o el heavy de
Metallica les ayuda a levantar el trasero en esa última sentadilla.
A mí me funciona Don’t Stop Me Now, de Queen. ¿Cuál es tu banda sonora?
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